Desde la facultad de medicina, los profesores suelen enfatizar en la importancia de empatizar con el paciente. Ésta es la capacidad de identificarse con las emociones de otra persona. Es un reflejo de la comprensión emocional y tiene muchas aplicaciones dentro de la medicina, en interacciones efectivas entre el médico y el paciente, un proceso vital para un tratamiento exitoso.
Estaremos revisando este aspecto para el beneficio del paciente.
Empatía médica
Ha habido mucha discusión sobre la utilidad de la empatía en medicina, pero los resultados han variado. Sería emocionalmente agotador para los médicos empatizar con cada paciente, sobre todo por la presión del tiempo. Un médico clínicamente distante está mejor equipado para atender a todos sus pacientes, puede tomar decisiones objetivas con respecto a su atención.
La preocupación afectiva es tan importante para los pacientes al elegir a un médico, tanto como la competencia técnica. A menudo se escuchan las características de un «buen médico»: un buen oyente, el entendimiento de los aspectos no médicos de las condiciones de sus pacientes, y la forma de tratar con individuos, no con enfermedades.
Cuando un médico empatiza con un paciente, el paciente sabrá que el médico está escuchando con atención. Como habilidad clínica, la empatía es esencial si el objetivo de la medicina es aliviar el sufrimiento y el dolor, no solo curar la enfermedad. En consecuencia, el médico debe realizar un acto de equilibrio interno: una excesiva inversión emocional en el paciente puede conducir a una pérdida de objetividad; muy poca participación puede obstaculizar su capacidad para relacionarse de forma profunda con el caso.
Beneficios de la empatía médica
Además de ser directamente terapéutica, también se ha demostrado que la empatía reduce la ansiedad en pacientes en todos los niveles. El paciente puede sentirse más cómodo confiando en el médico si siente la comprensión hacia su condición y sus temores. También puede resultar terapéutico contar la propia historia como parte del proceso de curación.
Es común que los pacientes no expresen sus preocupaciones psicosociales, que luego pueden manifestarse como enfermedades físicas (somatización). Esto sólo pueden ser diagnosticados por un médico atento. Por ello, los médicos que están más atentos a las necesidades psicosociales de sus pacientes tienen menos probabilidades de sufrir agotamiento.
¿Prejuicios de los pacientes?
A veces los pacientes sostienen prejuicios que provienen de considerar la atención médica como una mercancía, un menú de servicios que se pueden elegir a placer. Por lo tanto, algunos pacientes se sienten con derecho a dictar todo sobre su atención médica, incluido el sexo, la raza y la religión de su médico. Estas opciones, sin embargo, generalmente no se basan en la suposición de que el tipo de médico que prefieren brindará una mejor atención.
Todos los profesionales de la salud prometen defender el juramento hipocrático, aquel compromiso de anteponer las necesidades de los pacientes a las propias. Su conciencia moral también se ve comprometida si ceden a una ideología perjudicial. Los profesionales médicos no pueden proporcionar curación mientras toleren el discurso de odio o los comentarios y comportamientos discriminatorios.
El panorama competitivo de la práctica médica también alienta a los médicos a atender las solicitudes de los pacientes, donde métricas como la puntuación de satisfacción del paciente influyen en el reembolso y crean un entorno que los incentiva a hacerlo.
Los defensores de los pacientes afirman el derecho de los pacientes a elegir a sus médicos, y negar este derecho violaría su agencia al tomar decisiones sobre su atención. Sin embargo, las opciones que se ofrecen a los pacientes deben ser limitadas.
La calidad frente a la interacción médico-paciente
No hay forma de saber si la elección de un médico sobre la base de creencias o valores compartidos afecta la calidad de la interacción. Puede valer la pena cumplir con tales solicitudes si mejoran la confianza de los pacientes en la atención que reciben y los ayudan a seguir sus planes de tratamiento.
Los proveedores de atención médica deben entablar un diálogo abierto, con el fin de educar a los pacientes y brindarles la mejor atención posible.
Resulta evidente que no todas las solicitudes de un médico diferente están motivadas por prejuicios o discriminación.
Si un paciente masculino se siente más cómodo hablando sobre la disfunción sexual o haciendo que un hombre le realice un examen de próstata anual, puede solicitar un proveedor masculino. Sucede el mismo caso con las pacientes femeninas, si quieren atenden problemas respecto a su sexualidad o su ciclo menstrual.
El punto radica en una empatía médica que tendría que ir hacia ambos lados, ser recíproca. Con esto se podrá encontrar la confianza suficiente para proporcional al médico todo el historial médico y la propia historia del paciente que lo ha llevado hasta ahí; así como el médico sentirá el compromiso suficiente para profundizar en su cuidado profesional, ése que busque atender el sufrimiento del paciente, no sólo sus síntomas.
No obstante, ¿qué aspectos deben revisarse respecto a estas cuestiones éticas y sentimentales en el consultorio? Eso habrá que verse en el siguiente artículo.
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